Drenaje Subterráneo

Durante la segunda mitad de 1980 y primera mitad de los ’90, numerosas localidades de la pampa húmeda, comenzaron a evidenciar un ascenso continuo del agua subterránea.
En muchas de estas localidades, información antecedente situaba el nivel freático –a principios de 1970-, a una profundidad de 5 m y hasta 8 m por debajo del terreno natural. Sin embargo, en el período mencionado inicialmente, el agua subterránea ascendió a 1 m por debajo del terreno natural e, inclusive, llegó a aflorar en superficie a través de las juntas del pavimento.

Quien suscribe, desarrolló estudios y proyectos, en más de una decena de localidades de las provincias de Buenos Aires y Córdoba; y en base a la experiencia recogida, puede sostenerse que el fenómeno descripto responde, esencialmente, a la conjunción de dos factores.

Uno, de tipo natural, derivado de las altas precipitaciones y otro, de carácter artificial, originado al instalarse el servicio de agua corriente, sin contar con desagües cloacales. Con ello, al exceso hídrico originado por las altas precipitaciones, se sumó una recarga directa al acuífero freático, producto del consumo domiciliario.
Estos dos factores, en conjunto, desbalancearon el equilibrio hidráulico del sistema hídrico subterráneo, es decir la relación ingreso-egreso de agua subterránea, provocando el incremento progresivo del nivel freático.

Los excedentes mencionados dieron origen, de manera similar en todas las localidades, ha un cúmulo de inconvenientes, entre los cuales pueden mencionarse:
Rotura de pavimentos y veredas.
Anegamiento de sótanos y lugares bajos.
Inestabilidad edilicia.
Focos de contaminación.
Riesgo sanitario.

En todos los ámbitos afectados por esta problemática fue necesario, para definir la solución, llevar a cabo un plan de trabajo, el cual cubrió los siguientes objetivos:
1. Delimitación del área más comprometida, por el ascenso de la superficie freática.
2. Definición de las características hidrológicas del acuífero a drenar y estimación de las anisotropías del medio sedimentario.
3. Determinación del volumen total de agua a extraer, de manera de mantener constante en el tiempo y a una profundidad de 3 m la superficie freática.
4. Diseño de la obra de drenaje. Esto implica establecer:
a) Cantidad de perforaciones.
b) Diseño de las mismas.
c) Caudales individuales de extracción.
d) Régimen de explotación.

El estudio hidrogeológico, comprendió tareas de campo y gabinete. Efectuándose, a través del empleo de un software específico, la modelación del acuífero y respuesta estimada ante el bombeo conjunto de las perforaciones de drenaje.

A modo de ejemplo, se presenta un trabajo de drenaje subterráneo, desarrollado en la localidad de Trenque Lauquen, la cual presentaba un amplio sector muy comprometido en este aspecto, dado que el nivel freático se ubicaba como máximo a 0,20 m de profundidad o directamente afloraba en superficie [ Mapa 1 ]. A partir de dicho sector, y tanto hacia el norte como hacia el sur, el nivel freático se profundizaba a 1 m, ocurriendo ello a la altura de la calle Dr. Orellana (en la parte norte) y calle Derqui (en el sur).

A este cuadro de situación del agua subterránea, había que agregar la presencia de un sector anegado (Mapa 1) ubicado inmediatamente al norte de las vías del FF.CC Sarmiento, el cual abarcaba una superficie de aproximadamente 4 hectáreas e impedía la libre circulación por la calle Dr. Orellana. (ver fotos en galería). En el [ Mapa 2 ], se presenta la distribución de las 3 perforaciones de drenaje (ver fotos en galería). 

Paralelamente a la ejecución de los pozos de drenaje y – con la finalidad de registrar la evolución del nivel freático por acción del bombeo -, se realizaron 11 piezómetros (Mapa 2). Estos piezómetros tuvieron una profundidad de 12 m, fueron entubados y engravados y posibilitaron llevar un registro de la evolución de la depresión, con el tiempo de extracción, en un radio de 200 m del campo de bombeo.

En la [ Fig. 1 ], se muestra la evolución del nivel freático tanto en el Piezómetro Nº 1 (situado en la periferia del campo de bombeo), durante el período (60 días) de funcionamiento continuo de las tres perforaciones de drenaje. Transcurrido el período citado y habiéndose cumplimentado el objetivo principal del trabajo (llevar el nivel del agua a 3 m de profundidad en toda el área), las perforaciones comenzaron a ser rotadas en su funcionamiento actuando, a partir de ese momento, sólo para mantener en equilibrio la depresión alcanzada en el área. 

La profundidad del nivel freático alcanzada al final del período de funcionamiento continuo de las 3 perforaciones de drenaje, se gráfica en el [ Mapa 3 ] (ver fotos en galería).



1. Antes del Drenaje

2. Después del Drenaje:


3. Pozos de Drenaje: